Della Torre: El Papa bendijo nuestro proyecto

Entrevista a Juan Della Torre, CEO & Founder de La Machi en la revista de publicidad LatinSpots por el desarrollo del proyecto de Click To Pray llevado a cabo desde La Machi.

Della Torre: El Papa bendijo nuestro proyecto

(24/06/15). “La mejor comunicación pasa por las buenas causas”, afirma Juan Della Torre, CEO de La Machi, la agencia de publicidad con sede en Buenos Aires, Roma y Barcelona que desarrolló la app Click To Pray. En menos de tres meses, la aplicación que permite rezar superó los 120.000 usuarios en Portugal, país donde fue lanzada, por lo que evalúan hacer una versión internacional. A continuación, Della Torre cuenta todos los detalles y, entre otras cosas, cómo fue el encuentro que tuvo con Francisco I.

¿Qué propone Click to Pray?, ¿cómo surgió la idea?
Click To Pray es la app de la Red Mundial de Oración del Papa, el Apostolado de la Oración, en Portugal. Propone romper un tabú y establecer una nueva forma de comunicar lo religioso. Esta red, con más de 150 años y presente en por lo menos 120 países, se enfrentaba a un problema: no llegaba a los jóvenes. Entonces desmenuzamos la espiritualidad y los códigos de los jóvenes para encontrar que en realidad todos estamos en un proceso de búsqueda constante. Partiendo de la búsqueda, atravesamos el sentido del misterio y recién ahí llegamos a una propuesta religiosa. Pero vincularse con lo divino es algo muy íntimo, sagrado, por eso necesitábamos un medio que sea casi tan íntimo como el cepillo de dientes: el celular. Y ahí surgió la idea de hacer una aplicación móvil.

¿Cómo funciona la aplicación?
Durante el proceso de planificación creativa nos dimos cuenta que hay apps que triunfan y otras que fracasan. Queríamos saber por qué. Entonces hicimos un benchmarking con más de 50 apps exitosas de religión, deportes, juegos, lifestile. Y nos dimos cuenta que una buena app tiene que tener una sola propuesta de valor, tiene que servir para una sola cosa. La mecánica de participación del usuario tiene que ser una misma acción pero en un contexto que va cambiando. Entonces hicimos una aplicación simple para ayudar a los jóvenes a rezar, mediante tres momentos del día y también junto al Papa por los desafíos de la humanidad (trata, refugiados, diálogo interreligioso, medio ambiente, entre otros). El usuario recibe una notificación con la oración, y luego de leerla clickea en un botón “Click To Pray”. También tiene una sección social donde la gente agradece y se brinda apoyo mutuamente.

¿En qué consiste la plataforma completa?, ¿con qué sistemas operativos es compatible?
Click To Pray es un ecosistema digital de oración. El centro son las aplicaciones para iPhone y Android, pero el entorno contempla un sitio web con contenidos adicionales, una plataforma de emailing porque mucha gente prefiere recibir las oraciones por correo electrónico, Facebook y Twitter, donde las personas van compartiendo sus oraciones favoritas.

¿Cómo consiguieron que El Papa bendiga el proyecto?
Eso fue increíble, una experiencia que no nos vamos a olvidar nunca. Estábamos trabajando en el Vaticano para otro cliente nuestro y tuvimos la oportunidad de conversar con el Papa Francisco. En cuanto me avisaron, me anoté todo lo que le quería decir en una libretita que siempre llevo para apuntar ideas -porque tengo pésima memoria-. Así que cuando estuve con él, le conté los avances de este proyecto, y él sonrió, levantó la mano y ¡nos bendijo la libreta! Hoy la tenemos guardada en un lugar muy especial de la agencia. De alguna manera, Click To Pray es fruto de un proceso de renovación que emprendió la Red de Oración del Papa hace unos cinco años. Sobre este proceso, el papado (Benedicto XVI y ahora Francisco) estuvo muy al tanto.

¿Cuántas personas usan la aplicación? ¿En qué países está disponible?
La aplicación se lanzó en Portugal, fundamentalmente para el público local. Pero en menos de tres meses, había superado los 120.000 usuarios en ese país, con cero inversión en medios. Entonces la red a nivel internacional tomó el caso como un ejemplo de mejores prácticas. Hoy está evaluando lanzar una versión internacional en varios idiomas, para poder llegar a todo el mundo.

¿Qué balance hace de La Machi en 2014 y lo que va de 2015?
Estamos muy contentos con lo logrado estos años. Se consolidó nuestra boutique creativa con un equipo talentoso y apasionado. Tener un pie en Buenos Aires, otro en Roma y otro en Barcelona, nos abre un abanico de posibilidades creativas y de inspiración inimaginables. Somos una agencia muy nueva, pero el año pasado alcanzamos nuestro punto de equilibrio y este ya somos rentables. Nuestras tres áreas de servicios (Creativity, Intelligence y Labs), están sanas y sobre todo están muy unidas, no concebimos un proyecto sin que toque a las tres.

¿Qué proyectos tienen para lo que queda del año?
Estamos desarrollando un nuevo modelo y proceso de fundraising. Por supuesto para las ONGs es vital, pero también es un servicio para las marcas, porque la mejor comunicación pasa por las buenas causas. Y las marcas tienen una oportunidad de patrocinio en las buenas causas. Por ahora mucho más no me dejan contar.

¿Cómo ve al futuro de la comunicación?
Creo que el futuro de la comunicación pasa por las buenas causas. Casi toda marca tiene una buena causa atrás. El tema es encontrarla. En La Machi es una búsqueda natural, es parte de nuestros briefs. Con una estrategia correcta, a través de las buenas causas las marcas pueden descubrir océanos azules de comunicación. Y allí establecer un vínculo emocional relevante con la audiencia como nunca antes han tenido. El consumidor maduró. Está más exigente. Hace diez años, para llamar su atención nos pedía hacer algo transgresor. Hace cinco, teníamos que hacer algo divertido, hacerlo reír. Hoy, nos pide hacer algo bueno. Los consumidores van a canalizar esta nueva exigencia por las buenas causas como sea. De nosotros, los comunicadores, depende donde lo hagan.